Griselda

Gris pensó:

"En qué bellísima persona
no me convertí,
aquella de ojos claros al llorar
y de ojos grises al reír.
Soy Griselda de los ojos tristes
de las miradas perdidas,
la chica que entre las rosas
aspira los últimos minutos de su corta vida.
Griselda no es de princesa,
es de mujer luchadora y débil,
de niña segura e inocente,
de pequeña juguetona.
Mis suspiros se pierden por el cielo,
y luego, vuelven al suelo
las alas de un ángel caído
que cayó en invierno, congelándose de frío.

Llorando  en el río,
caudal helado...
llorando contigo.
Soy la chica de hielo
y del corazón ardiente
de las mejillas rosadas
del tacto caliente.
Soy producto de los comentarios hirientes
que queriendo comenta la gente,
soy una herida astillada
envuelta en pañuelos llorosos".
...Y luego Él afirmó:

"Gris,
es la bella de mis cuentos de hadas
de mis penas, la iluminada.

Gris es la chica enmascarada,
es ella la luz de la noche.

Gris es mi droga,
es ese olor dulce
es la joya de mi corazón robada.
Gris es aquella chica
la que te mira apenada,
la que ahora mira en mis ojos
al chico perdido de las mentes desiertas.
Gris es Griselda
Griselda es la chica delicada
es el bordado de seda
que cose mis heridas abiertas.
Ella es Griselda".

[Parte de proyecto "Escribiendo sobre piedra/ Writing On the Wall"(por Victoria H.C. ©]

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